Realidad virtual Walter Russo | Loft, de arquitecta Judith Babour, iluminación de Fernando Mazzetti
Las capacitaciones y actualizaciones son actividades fundamentales para todo profesional del diseño. La asistencia a congresos, seminarios, charlas y exposiciones permite tener, de primera mano, una visión de todas las novedades y lanzamientos de productos que las empresas ofrecen en distintas áreas. En Argentina hay una enorme cantidad de actividades durante todo el año. Y relacionado específicamente al diseño interior, arquitectura y paisajismo, Casa Foa se ha posicionado como el referente mas importante del país. Nació en el año 1985 por iniciativa de Mercedes Malbrán con el objetivo de recaudar fondos para la Fundación Oftalmológica Argentina “Jorge Malbrán”. Y año a año ha ido creciendo en cantidad de público, auspiciantes y profesionales que exhiben sus proyectos. A tal punto que hoy, transcurridas 33 ediciones, es cita obligada y punto de encuentro para empresas, arquitectos, interioristas, estudiantes, y toda persona interesada en el diseño en general. Una característica de Casa Foa es que todos los años cambia de sede. Se ha desarrollado en edificios y fábricas abandonadas, algunos con un rico pasado histórico, arquitectónico o patrimonial. En ocasiones la muestra ha sido el inicio de emprendimientos inmobiliarios, de rescate edilicio o transformación en otros usos. La última edición en 2016 se desarrolló en un edificio neocolonial del barrio de Palermo que fue, hasta el 2010, un hogar de ancianos. Ahora se refunzionalizará para departamentos y oficinas modernas.
Características generales de los espacios de exposición
Loft, de arquitecta Judith Babour, iluminación de Fernando Mazzetti | Bar Gustavo Yankelevich, Máximo Ferraro
Los arquitectos y diseñadores de interiores que participan en Casa Foa realizan sus proyectos en espacios de variado tamaño y características. Las dimensiones del lugar, la luz natural, la imposibilidad de modificar algunos elementos que forman parte del edifico, mostrar u ocultar materiales existentes, plantean un interesante desafío proyectual. Inventar un cliente virtual para el que está pensado el espacio: dormitorio de un adolescente, living de un apasionado del arte, play-room para un youtuber o cocina para un chef son algunos de los temas que suelen verse con frecuencia en las muestras. Un aspecto interesante para el público es que se transita de un espacio a otro donde la variedad de estilos, colores, aromas, sonidos, materiales y texturas se exhiben de manera diversa y, a veces, sorprendiendo al visitante: la utilización de materiales de uso cotidiano pero instalados de diferente manera a la habitual. En ese sentido podemos encontrar, por ejemplo: paneles de rafia como techo, baldosas calcáreas como revestimiento o paredes de adobe en ambientes modernos. Considero importante señalar algunas diferencias que se plantean en estos ambientes respecto de espacios reales. Una de ellas es que se suele poner más atención a aspectos estéticos que funcionales, es decir, la necesidad de crear ambientes donde el impacto visual, la sorpresa o la novedad prevalecen por sobre la utilización real del lugar. Claro que es una buena oportunidad para tomar ideas y luego, sí, adaptarlas a un proyecto de la vida real. Otra diferencia se genera con el uso de la iluminación. Se utiliza, en su mayoría, el recurso de la luz directa sobre objetos y superficies. La luz directa “obliga” al observador a posar su mirada sobre ese efecto, casi de manera inconsciente y creando, en ocasiones, varios puntos focales dentro de un mismo espacio, entendiendo el punto focal como un recurso de diseño interior en que un elemento se destaca por sobre el resto. En proyectos reales, se sugiere que no haya más de uno para evitar saturar el espacio pero, en Casa Foa, es una herramienta usada frecuentemente por su efectividad. Respecto de la planificación del proyecto lumínico para un espacio de exposición, podemos pensar en romper ciertos moldes. Luz general, luz funcional y luz decorativa, que son reglas básicas, se pueden alterar o suprimir. Los diseñadores pondrán mas énfasis en lo decorativo que en lo funcional llegando en ocasiones, por ejemplo, a eliminar la luz general. Y está perfecto: cambia el objetivo del espacio, y la luz se adapta a esa premisa. También hay que tener presente que un visitante, de promedio, permanece solo dos minutos en cada espacio. En ese sentido, la luz se transforma en un factor fundamental para crear pregnancia. Que el observador recuerde determinado ambiente por sobre otro, más allá del gusto personal, del estilo o color. También la utilización de fragancias o de música hacen de la visita una experiencia sensorial completa. En una sala de baño con spa, el sonido de agua y aroma de lavanda; música clásica en un living francés para reforzar la idea, o por lo opuesto: bossa nova en una oficina. Pero, como bien sabemos, los humanos percibimos la mayor cantidad de los estímulos externos a través de la vista, por lo tanto la luz será la clave.
Diseño de interior + diseño de iluminación
Playroom Estudio Yes-Oui-Si | Loft, de arquitecta Judith Babour, iluminación de Fernando Mazzetti
Muchos arquitectos o interioristas consideran a la luz artificial una fuerte herramienta de diseño para su proyecto. A veces, ellos mismos se encargan de esa área y en otras incorporan al diseñador de iluminación. Como en un proyecto real, este sumará su conocimiento para materializar la idea que tiene el proyectista: resolverá temas técnicos como qué tipo de fuente, efecto, temperatura de color, intensidad, ángulo de apertura, sistema de control, instalación, dirección, etc. El aporte del iluminador agrega valor al proyecto final a tal punto que, eventualmente, la luz se transforma en el eje central del espacio. En otros, es más sutil, subliminal, casi imperceptible. Las luminarias, especialmente los colgantes y arañas, son, por diseño o tamaño, el objeto protagonista. Pero en todos los casos, la luz se organiza en función de crear un ambiente moderno, clásico, dinámico o relajado según sea la idea. Casa Foa es una excelente vidriera también para exhibir diseño de luminarias. Muchos productos son lanzados durante la muestra en la que se puede tener una noción del grado de aceptación del público para una futura producción y comercialización. Claro que lo modelos clásicos siempre están presentes. La Arco de los hermanos Castiglioni (y sus mil versiones), la Tolomeo, la Tizio de Sapper, alguna de Ingo Maurer o Jacobsen aportan siempre su cuota de eterna vigencia. En la edición 2016 de Casa Foa observé que todavía se siguieron utilizando fuentes halógenas, como dicroicas y AR 111 a pesar de contar con las versiones led de dichas lámparas. En algunos casos, dimerizadas, aportando ese color cálido, propio de la incandescencia, y que no siempre se puede lograr con leds. No obstante, creo que a partir de este año será la única tecnología, teniendo en cuenta las múltiples ventajas que ofrece. Las tiras de led incorporadas al mobiliario como bibliotecas o estantes, en gargantas o con efectos rasantes en muros fueron de los efectos más usados en casi todo los ambientes. Solo dos espacios incorporaron led RGB con cambios cromáticos creando ambientes dinámicos, escenográficos y modernos. Cada año, Casa Foa innova y sorprende. Seguramente la edición 2017 traerá, nuevamente, lo mejor del diseño argentino. Una sugerencia: visiten Casa Foa al final de la tarde y con luz natural. Poco a poco, la luz artificial se enciende, los espacios se modifican, ganan atractivo y se puede percibir, en toda su magnitud, que la luz marca la diferencia de calidad.
¡Ahí nos vemos! |