Por ABB |
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¿Vale más maña que fuerza?, ¿o se necesitan ambas? En el pasado, las redes eléctricas tradicionales, los usuarios finales apenas podían utilizar ninguna de ellas (si podían). Las plantas generadoras y las decisiones de control no se encontraban al alcance de los usuarios, que tenían un control escaso sobre su procedencia o su costo. Actualmente, la generación ha dejado de ser dominio exclusivo de las grandes centrales eléctricas: los paneles solares en tejados y otras formas de generación distribuida están difuminando la distinción entre productores y usuarios. Además, no solo la “maña” está cada vez más disponible para todo el mundo. El aumento de los niveles de inteligencia integrada y los interruptores controlables hacen posible la descentralización de las decisiones de control. Los propietarios de grandes instalaciones, como hospitales o fábricas, tienen actualmente la capacidad de controlar sus propias redes eléctricas y, de esta forma, reducir los costos y las emisiones. Las redes eléctricas están experimentando una revolución a una escala desconocida desde la primera aparición de la distribución eléctrica. El creciente intercambio de generación local está dando lugar a cambios en la forma en que se gestionan las redes. Figura 1. Segmentos de microrredes y factores principales que cubren una diversidad de aplicacionesNo es ninguna novedad que instalaciones como hospitales y fábricas dispongan de algún sistema auxiliar de emergencia, por lo general, en forma de generadores diésel. En los últimos años, la tendencia generalizada ha sido aumentar la capacidad de generación local con la instalación de células fotovoltaicas, en ocasiones acompañadas de un almacenaje de baterías. A diferencia de los generadores de emergencia, que se mantienen principalmente por razones de seguridad del suministro, los propietarios desean que estas inversiones adicionales se utilicen con la mayor profusión y rentabilidad posibles.
La finalidad de una microrred también puede variar de una manera similar. Normalmente, las microrredes se instalan para:
Las microrredes se pueden conectar a la red (como en los ejemplos mencionados de hospitales y fábricas) o funcionar de manera totalmente independiente, por ejemplo, en una ubicación geográficamente remota (ver figura 1). Figura 2. Una microrred puede considerarse como algo intermedio entre redes eléctricas de gran cobertura y nanorredes muy localizadasEn algunas situaciones, las microrredes se pueden suministrar para atenuar la falta de fiabilidad de una red de suministro. No cabe duda de que en un hospital no se puede interrumpir una intervención quirúrgica por falta de iluminación y, en el caso de una planta industrial, una parada no planificada puede dar lugar a una gran pérdida económica. Lo idóneo (si el controlador dispone de las funciones apropiadas) es que una microrred pueda realizar una transición eficiente del modo de conexión a la red al modo “isla”. Se encarga de la generación y el almacenamiento disponibles, además de suministrar cargas cuando se necesitan y evitar que se disparen los dispositivos de protección local. Asimismo, el controlador debe respaldar la reconexión de la red cuando se encuentre disponible. ABB predica con el ejemploLa empresa predica con el ejemplo: está instalando una microrred solar-diésel integrada en su centro de Longmeadow, en Johannesburgo (Sudáfrica). Las instalaciones, de noventa y seis mil metros cuadrados (96.000 m2), albergan la sede central de la empresa en el país, así como centros para fabricación de aparamenta de media tensión y montaje de paneles de protección. Cuenta con unos mil empleados. El ámbito de suministro incluye un campo fotovoltaico solar para tejados y un estabilizador de red PowerStore, que ayudará a maximizar el uso de energía solar limpia y asegurar un suministro eléctrico ininterrumpido para mantener encendidas las luces y las fábricas en marcha aun en el caso de un corte en la red de suministro principal. |
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