Capítulo 2. Termocuplas
“Electricidad animal”
Luigi Galvani (1737-1798) fue un naturalista italiano que dedicó su vida a encontrar una manera de probar la existencia de la “electricidad animal”, una teoría vigente en esos años, la cual también se conocía como “Galvanismo”. En ese entonces, se extendió una creencia popular que afirmaba que los organismos vivos usaban una fuente misteriosa de energía para lograr el movimiento.
Esta idea surgió después de la verificación experimental de que partes de los cuerpos muertos de animales y humanos podían moverse por sí mismas después de aplicarles una corriente eléctrica. De hecho, la creencia en la electricidad animal es la explicación utilizada por Mary Shelley para la forma en que el Dr. Frankenstein da vida a su desafortunada criatura.
Esta idea surgió después de la verificación experimental de que partes de los cuerpos muertos de animales y humanos podían moverse por sí mismas después de aplicarles una corriente eléctrica. De hecho, la creencia en la electricidad animal es la explicación utilizada por Mary Shelley para la forma en que el Dr. Frankenstein da vida a su desafortunada criatura.
Figura 1. La creencia en la “electricidad animal” es la explicación utilizada por Mary Shelley para la forma en que el Dr. Frankenstein da vida a su desafortunada criatura.
Por J. Searle Dawley - (1915-4-1). "Frankenstein". The Edison Kinetogram 2 (4). Orange, N.J.: Thomas A. Edison Inc., Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2659118
Por J. Searle Dawley - (1915-4-1). "Frankenstein". The Edison Kinetogram 2 (4). Orange, N.J.: Thomas A. Edison Inc., Dominio Público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2659118
No existe una energía misteriosa como la “electricidad animal”.
Aparece en nuestra historia Alessandro Volta (1745-1827), un naturalista italiano que entró en el selecto grupo de los primeros científicos en comenzar a comprender la física de la electricidad.
En 1794 demostró que las explicaciones de Galvani sobre sus experimentos eran incorrectas. No existe una energía misteriosa como la “electricidad animal”.
La explicación de los experimentos de Galvani era que las partes de animales muertos aún contenían agua en su interior. Esta agua estaba saturada por varias sustancias, y muchas de ellas eran sales, que al disolverse en agua funcionaban como electrolitos.
En 1794 demostró que las explicaciones de Galvani sobre sus experimentos eran incorrectas. No existe una energía misteriosa como la “electricidad animal”.
La explicación de los experimentos de Galvani era que las partes de animales muertos aún contenían agua en su interior. Esta agua estaba saturada por varias sustancias, y muchas de ellas eran sales, que al disolverse en agua funcionaban como electrolitos.
La primera termocupla...
Volta también descubrió que Galvani había estado usando segmentos de cables hechos de dos metales diferentes en sus pruebas. Después de repetir los experimentos de Galvani, sin usar partes del cuerpo de animales muertos, obtuvo los mismos resultados. De alguna manera, cuando unía dos cables hechos de diferentes metales en sus extremos, se generaba electricidad y una corriente comenzaba a fluir a través de esos cables. También verificó que la fuerza de la corriente eléctrica variaba en función de la diferencia de temperatura entre las dos uniones metálicas.
Esos dos cables unidos en sus extremos fueron la primera termocupla funcional.
Esos dos cables unidos en sus extremos fueron la primera termocupla funcional.
Cuando unía dos cables hechos de diferentes metales en sus extremos, se generaba electricidad y una corriente comenzaba a fluir
... y cómo fue olvidada...
A Volta no le gustaba la exposición pública, pero su próximo logro lo haría famoso. En 1800, basado en los experimentos creados por Galvani, Volta inventó un dispositivo que llamó “pila”. La pila consistía en una columna de discos de zinc y plata apilados de manera alternada y separados por un paño empapado en agua salada o una mezcla de ácido sulfúrico con agua. Había creado la primera batería eléctrica, y el éxito de esta creación eclipsó todos sus otros descubrimientos, los cuales prácticamente quedaron en el olvido.
... y redescubierta: el efecto Seebeck.
En 1824, un físico alemán llamado Thomas Johann Seebeck (1760-1831) estaba tratando de reproducir un fenómeno extraño descubierto por otro físico danés, Hans Christian Ørsted (1777-1851).
El experimento de Ørsted consistía en dos cables hechos de diferentes metales unidos en sus extremos. Un extremo se sumergía en agua fría y el otro se colocaba cerca de una brújula magnética. Cuando esta unión se calentaba, la aguja de la brújula apuntaba hacia el punto de unión de los cables.
La termocupla había sido redescubierta. Inicialmente, Seebeck pensó que la corriente que circulaba en los dos cables unidos en sus extremos tenía un origen térmico, y bautizó a este fenómeno con el nombre de “Efecto termomagnético”.
Pruebas posteriores demostraron que las alteraciones en la brújula eran producidas por el campo magnético creado por la corriente circulante en los cables, la cual era generada por una fuerza electromotriz (fem) creada por la unión caliente. Por este motivo, el fenómeno fue renombrado como el “Efecto termoeléctrico” y con el tiempo se conoció como “Efecto Seebeck”.
El experimento de Ørsted consistía en dos cables hechos de diferentes metales unidos en sus extremos. Un extremo se sumergía en agua fría y el otro se colocaba cerca de una brújula magnética. Cuando esta unión se calentaba, la aguja de la brújula apuntaba hacia el punto de unión de los cables.
La termocupla había sido redescubierta. Inicialmente, Seebeck pensó que la corriente que circulaba en los dos cables unidos en sus extremos tenía un origen térmico, y bautizó a este fenómeno con el nombre de “Efecto termomagnético”.
Pruebas posteriores demostraron que las alteraciones en la brújula eran producidas por el campo magnético creado por la corriente circulante en los cables, la cual era generada por una fuerza electromotriz (fem) creada por la unión caliente. Por este motivo, el fenómeno fue renombrado como el “Efecto termoeléctrico” y con el tiempo se conoció como “Efecto Seebeck”.
Las alteraciones en la brújula eran producidas por el campo magnético creado por la corriente circulante en los cables
El descubrimiento de Seebeck fue un verdadero hito en aquellos días. La noticia se difundió rápidamente entre la comunidad de físicos europeos, y fue confirmada en cada centro de investigación.
Entre otros, Michael Faraday (1791-1867) realizó el experimento, y lo registró en su diario de la siguiente manera: “21 de octubre de 1822 // Experimento del Dr. Seebeck. An. Phil. N.S. Vol. iv. p. 318 // Barra de antimonio y alambre de latón; al calentar un extremo de la barra, el polo norte de una aguja giraría alrededor de ella como se representa en la figura inferior: el efecto sobre la aguja es muy decidido, incluso poderoso y constante. // Las líneas punteadas representan el estado del alambre según se determinó en experimentos anteriores.”
Al mismo tiempo, el físico alemán Georg Ohm (1789-1854) trabajaba en búsqueda de un método general de cálculo para la medición del voltaje aplicado y la corriente en sistemas eléctricos simples que contenían diferentes longitudes de alambre.
Pero sus esfuerzos estaban siendo obstaculizados por la falta de una fuente de corriente constante. Bajo el consejo de Johann Christian Poggendorff (1796-1877), quien más tarde inventaría el potenciómetro, comenzó a usar una “batería termoeléctrica” para este propósito, es decir, una termocupla.
El resultado de estos experimentos fue su libro clásico titulado “Die galvanische Kette, mathematisch bearbeitet” ("El circuito galvánico investigado matemáticamente"), publicado en 1826, en el que se presentó la ley de Ohm por primera vez. En los experimentos descritos en dicho libro, utilizó un circuito hecho de alambres de bismuto y cobre; una unión estaba sumergida en una funda de vapor y la otra en hielo.
Entre otros, Michael Faraday (1791-1867) realizó el experimento, y lo registró en su diario de la siguiente manera: “21 de octubre de 1822 // Experimento del Dr. Seebeck. An. Phil. N.S. Vol. iv. p. 318 // Barra de antimonio y alambre de latón; al calentar un extremo de la barra, el polo norte de una aguja giraría alrededor de ella como se representa en la figura inferior: el efecto sobre la aguja es muy decidido, incluso poderoso y constante. // Las líneas punteadas representan el estado del alambre según se determinó en experimentos anteriores.”
Al mismo tiempo, el físico alemán Georg Ohm (1789-1854) trabajaba en búsqueda de un método general de cálculo para la medición del voltaje aplicado y la corriente en sistemas eléctricos simples que contenían diferentes longitudes de alambre.
Pero sus esfuerzos estaban siendo obstaculizados por la falta de una fuente de corriente constante. Bajo el consejo de Johann Christian Poggendorff (1796-1877), quien más tarde inventaría el potenciómetro, comenzó a usar una “batería termoeléctrica” para este propósito, es decir, una termocupla.
El resultado de estos experimentos fue su libro clásico titulado “Die galvanische Kette, mathematisch bearbeitet” ("El circuito galvánico investigado matemáticamente"), publicado en 1826, en el que se presentó la ley de Ohm por primera vez. En los experimentos descritos en dicho libro, utilizó un circuito hecho de alambres de bismuto y cobre; una unión estaba sumergida en una funda de vapor y la otra en hielo.
La junta caliente y la junta fría
La fuente de la corriente que circula en los cables de la termocupla es una fuerza electromotriz que aparece cuando las uniones o juntas de los cables están expuestas a dos temperaturas diferentes. El valor de la diferencia de voltaje se mide colocando la junta caliente en el punto donde queremos medir la temperatura. El voltímetro se conecta a la segunda junta, que recibe el nombre de “junta fría”.
El voltaje generado por la unión eléctrica varía según los materiales de los cables empleados y está en el rango de milivoltios.
Cómo funciona
Una termocupla funciona como un transductor que genera una diferencia de voltaje cuyo valor depende de la diferencia de temperatura entre las dos uniones de la termocupla.
Este voltaje se puede medir, lo que nos permite conocer la temperatura ambiente a la que está expuesta la junta caliente de la termocupla, midiendo el valor del voltaje en el extremo opuesto de la unión, también conocida como “unión fría”.
El voltaje generado por la unión eléctrica varía según los materiales de los cables empleados y está en el rango de milivoltios. Este bajo valor de voltaje debe medirse con sumo cuidado a fin de evitar errores de medición.
La fuerza electromotriz produce un gradiente de diferencia de voltaje a lo largo de toda la longitud de los cables unidos. Este gradiente de voltaje es directamente proporcional a la variación del gradiente de temperatura existente entre las dos juntas.
Este voltaje se puede medir, lo que nos permite conocer la temperatura ambiente a la que está expuesta la junta caliente de la termocupla, midiendo el valor del voltaje en el extremo opuesto de la unión, también conocida como “unión fría”.
El voltaje generado por la unión eléctrica varía según los materiales de los cables empleados y está en el rango de milivoltios. Este bajo valor de voltaje debe medirse con sumo cuidado a fin de evitar errores de medición.
La fuerza electromotriz produce un gradiente de diferencia de voltaje a lo largo de toda la longitud de los cables unidos. Este gradiente de voltaje es directamente proporcional a la variación del gradiente de temperatura existente entre las dos juntas.
El coeficiente Seebeck
Los dos gradientes mencionados están relacionados a través de una propiedad física, que depende tanto de la temperatura como del material, conocida como “coeficiente Seebeck”.
El coeficiente Seebeck es una medida de la magnitud del voltaje termoeléctrico generado en respuesta a la aplicación de una diferencia de temperatura a través de una pieza de material. La unidad del SI del coeficiente Seebeck es voltios por kelvin (V/⁰K), pero debido a su pequeño valor para uso práctico se expresa en microvoltios por kelvin (μV/⁰K).
Por lo tanto, una termocupla se puede construir utilizando dos cables hechos de dos materiales con un coeficiente Seebeck diferente. Cuanto mayor sea la diferencia entre los coeficientes, mayor será la diferencia de voltaje creada por la fuerza electromotriz.
El coeficiente Seebeck es una medida de la magnitud del voltaje termoeléctrico generado en respuesta a la aplicación de una diferencia de temperatura a través de una pieza de material. La unidad del SI del coeficiente Seebeck es voltios por kelvin (V/⁰K), pero debido a su pequeño valor para uso práctico se expresa en microvoltios por kelvin (μV/⁰K).
Por lo tanto, una termocupla se puede construir utilizando dos cables hechos de dos materiales con un coeficiente Seebeck diferente. Cuanto mayor sea la diferencia entre los coeficientes, mayor será la diferencia de voltaje creada por la fuerza electromotriz.
Encontrando la mejor combinación de materiales
En 1873, el profesor Peter Guthrie Tait (1831-1901), de la Universidad de Edimburgo (Escocia), realizó una serie de experimentos para crear diagramas termoeléctricos. Mediante estos experimentos llegó a la conclusión de que la fuerza electromotriz es, en general, una función parabólica de la temperatura absoluta.
Además, también descubrió que una cantidad muy pequeña de impurezas, o incluso de una fuerza de tensión permanente, eran capaces de alterar considerablemente la curva de respuesta de un metal en el diagrama.
El profesor Tait utilizó aleaciones de platino-iridio que contenían, respectivamente, 5, 10 y 15% de iridio. Esta es la primera referencia del uso de aleaciones de platino-iridio para la fabricación de termocuplas.
Además, también descubrió que una cantidad muy pequeña de impurezas, o incluso de una fuerza de tensión permanente, eran capaces de alterar considerablemente la curva de respuesta de un metal en el diagrama.
El profesor Tait utilizó aleaciones de platino-iridio que contenían, respectivamente, 5, 10 y 15% de iridio. Esta es la primera referencia del uso de aleaciones de platino-iridio para la fabricación de termocuplas.
Henry Le Chatelier: el padre de la termocupla moderna
Henry-Louis Le Chatelier (1850-1936) fue el primer científico en emplear una aleación de rodio-platino contra platino y en recomendar el uso de un proceso de calibración en términos de los puntos fijos de fusión o ebullición de sustancias puras.
En 1877 se unió a la Escuela de Minas de Francia para enseñar química, llegando a la posición de profesor de Química Industrial unos nueve años después. Este puesto le permitió realizar los estudios que lo llevaron a descubrir mejoras en la medición de altas temperaturas, utilizando termómetros basados en el principio de la termocupla.
Perfeccionó el acoplamiento de platino puro con una aleación de platino-rodio, lo que le permitió fabricar el pirómetro termoeléctrico, conocido como el "Le Chatelier". También adaptó un pirómetro óptico para uso industrial.
La carrera de Le Chatelier se centró en el desarrollo de un enfoque sistemático para mejorar la relación entre la ciencia y la industria. Sus enseñanzas se basaron en un concepto que denominó "ciencia industrial": el estudio científico de los procesos industriales para maximizar los resultados.
En 1877 se unió a la Escuela de Minas de Francia para enseñar química, llegando a la posición de profesor de Química Industrial unos nueve años después. Este puesto le permitió realizar los estudios que lo llevaron a descubrir mejoras en la medición de altas temperaturas, utilizando termómetros basados en el principio de la termocupla.
Perfeccionó el acoplamiento de platino puro con una aleación de platino-rodio, lo que le permitió fabricar el pirómetro termoeléctrico, conocido como el "Le Chatelier". También adaptó un pirómetro óptico para uso industrial.
La carrera de Le Chatelier se centró en el desarrollo de un enfoque sistemático para mejorar la relación entre la ciencia y la industria. Sus enseñanzas se basaron en un concepto que denominó "ciencia industrial": el estudio científico de los procesos industriales para maximizar los resultados.
Perfeccionó el acoplamiento de platino puro con una aleación de platino-rodio, lo que le permitió fabricar el pirómetro termoeléctrico, conocido como el "Le Chatelier".
Termocuplas actuales
Las termocuplas actualmente disponibles son económicas, intercambiables, se suministran con conectores estándar y pueden medir una amplia gama de temperaturas. Las termocuplas son dispositivos autoalimentados y no requieren ninguna forma externa de excitación.
La principal limitación con el uso de termocuplas es la precisión aunque es difícil lograr errores del sistema de medición de menos de un grado Celsius (°C). Con estas características, las termocuplas pueden usarse para mediciones de temperatura que no requieren alta precisión, y ofrecen un amplio rango de medición de temperatura adecuado para la mayoría de los casos de aplicación en la vida real.
Desde el punto de vista constructivo, una termocupla consiste en la junta de sensado, donde dos cables metálicos diferentes se unen entre sí, y la junta de referencia (junta fría), que debe mantenerse a temperaturas más bajas. Idealmente, la diferencia de voltaje debe medirse en el punto conocido como “la junta fría”.
Los diferentes modelos de termocuplas tienen letras que los diferencian. Cada tipo implica el uso de un par diferente de metales para crear la unión de medición (ver tabla 1).
Cada tipo de termocupla tiene un rango de temperatura específico, que cubre las temperaturas típicas que pueden estar presentes en una planta de procesos. Estos rangos están definidos por las normas ANSI/ASTM E230 e IEC 60584.
Como se muestra en la tabla 2, existen ciertas diferencias en los valores especificados en las normas ASTM E230 e IEC 60584-1, que se deben a diferentes procedimientos de prueba entre las normas.
La principal limitación con el uso de termocuplas es la precisión aunque es difícil lograr errores del sistema de medición de menos de un grado Celsius (°C). Con estas características, las termocuplas pueden usarse para mediciones de temperatura que no requieren alta precisión, y ofrecen un amplio rango de medición de temperatura adecuado para la mayoría de los casos de aplicación en la vida real.
Desde el punto de vista constructivo, una termocupla consiste en la junta de sensado, donde dos cables metálicos diferentes se unen entre sí, y la junta de referencia (junta fría), que debe mantenerse a temperaturas más bajas. Idealmente, la diferencia de voltaje debe medirse en el punto conocido como “la junta fría”.
Los diferentes modelos de termocuplas tienen letras que los diferencian. Cada tipo implica el uso de un par diferente de metales para crear la unión de medición (ver tabla 1).
Cada tipo de termocupla tiene un rango de temperatura específico, que cubre las temperaturas típicas que pueden estar presentes en una planta de procesos. Estos rangos están definidos por las normas ANSI/ASTM E230 e IEC 60584.
Como se muestra en la tabla 2, existen ciertas diferencias en los valores especificados en las normas ASTM E230 e IEC 60584-1, que se deben a diferentes procedimientos de prueba entre las normas.
La principal limitación con el uso de termocuplas es la precisión
Cables de extensión y compensación
La unión fría de la termocupla es el punto ideal para la medición de voltaje. Sin embargo, en la vida real, los requisitos de instalación pueden requerir el uso de cables más largos entre la unión y el punto de medición.
Pero los cables utilizados para estas aplicaciones, como se puede inferir de la lista de termocuplas, requieren el uso de materiales costosos. Este es un problema especialmente para los tipos ‘B’, ‘R’ y ‘S’, que están construidos con platino.
Hay dos alternativas para permitir tendidos de cable más largos. La primera es usar cables de extensión. Estos cables tienen las mismas propiedades que los cables de las juntas, por lo tanto, no introducen errores en la medición. Están construidos con un material nominalmente idéntico al de la termocupla, por lo que son costosos. Para reducir costos, se requiere que los cables de extensión repliquen el comportamiento termoeléctrico de la termocupla en un rango limitado de temperaturas (0 a 200 ºC).
El segundo método requiere el uso de cables compensados. Se requiere que los cables compensados sean similares a las características termoeléctricas de una termocupla, pero pueden fabricarse con aleaciones de menor costo. El comportamiento similar debe mantenerse en un rango de temperatura limitado, que generalmente está entre 0 y 200 ºC. Y se utiliza un cable de cobre comúnmente disponible para conectar la unión fría al dispositivo de medición de voltaje.
Pero los cables utilizados para estas aplicaciones, como se puede inferir de la lista de termocuplas, requieren el uso de materiales costosos. Este es un problema especialmente para los tipos ‘B’, ‘R’ y ‘S’, que están construidos con platino.
Hay dos alternativas para permitir tendidos de cable más largos. La primera es usar cables de extensión. Estos cables tienen las mismas propiedades que los cables de las juntas, por lo tanto, no introducen errores en la medición. Están construidos con un material nominalmente idéntico al de la termocupla, por lo que son costosos. Para reducir costos, se requiere que los cables de extensión repliquen el comportamiento termoeléctrico de la termocupla en un rango limitado de temperaturas (0 a 200 ºC).
El segundo método requiere el uso de cables compensados. Se requiere que los cables compensados sean similares a las características termoeléctricas de una termocupla, pero pueden fabricarse con aleaciones de menor costo. El comportamiento similar debe mantenerse en un rango de temperatura limitado, que generalmente está entre 0 y 200 ºC. Y se utiliza un cable de cobre comúnmente disponible para conectar la unión fría al dispositivo de medición de voltaje.
Tipo | Aleación | Medio preferido |
---|---|---|
B | Pt + 6% Rh-Pt + 30% Rh | Altas temperaturas |
C | W + 6% Re-W + 26% Re | Vacío, inerte e hidrógeno |
E | Cromo-Constantan | Libre de azufre |
J | Hierro-Constantan | Vacío e inerte |
K | Chromel-Alumel | Neutros y oxidantes |
N | Nicrosil-nisil | Inmune a la histéresis |
R | Pt + 6% Rh-Pt + 30% Rh | Precisión y altas temperaturas |
S | Pt + 6% Rh-Pt + 30% Rh | Altas temperaturas |
T | Cobre-Constantan | Vacío e inerte. Bajas temperaturas |
Tabla 1. Las termocuplas pueden construirse utilizando varios pares de metales, pero estos son los más utilizados.
Tipo | Valor de tolerancia | Clase | Rango de temperatura |
---|---|---|---|
K N |
IEC 60584-1 | 1 | -40 a 1.000 °C |
2 | -40 a 1.200 °C | ||
ASTM E230 | Especial | 0 a 1.260 °C | |
Estándar | 0 a 1.260 °C | ||
J | IEC 60584-1 | 1 | -40 a 750 °C |
2 | -40 a 750 °C | ||
ASTM E230 | Especial | 0 a 760 °C | |
Estándar | 0 a 760 °C | ||
E | IEC 60584-1 | 1 | -40 a 800 °C |
2 | -40 a 800 °C | ||
ASTM E230 | Especial | 0 a 870 °C | |
Estándar | 0 a 870 °C | ||
R S |
IEC 60584-1 | 1 | 0 a 1.600 °C |
2 | 0 a 1.600 °C | ||
ASTM E230 | Especial | 0 a 1.480 °C | |
Estándar | 0 a 1.480 °C | ||
B | IEC 60584-1 | 2 | 600 a 1.700 °C |
3 | -40 a 1.700 °C | ||
ASTM E230 | Especial | - | |
Estándar | 870 a 1.700 °C |
Existen ciertas diferencias en los valores especificados en las normas ASTM E230 e IEC 60584-1, que se deben a diferentes procedimientos de prueba entre las normas.
Conclusiones
Desde el segundo descubrimiento del “efecto termoeléctrico”, a cargo de Thomas Johann Seebeck, los termopares han sido el enfoque principal para resolver aplicaciones básicas de temperatura que no requieren una precisión extrema.
Los termopares son relativamente económicos, fáciles de instalar y usar, tienen un tiempo de respuesta rápido y pueden emplearse en los entornos más duros con los accesorios adecuados.
Pueden usarse en aplicaciones en áreas peligrosas, ya que se ajustan a la definición de aparato eléctrico simple según lo especificado en la norma IEC 60079-0. Eso significa que se permite usar un termopar dentro de un área peligrosa sin la necesidad de una certificación de dispositivo, en combinación con un dispositivo de limitación de energía adecuado y una carcasa de protección ambiental adecuada.
Aunque los métodos de medición han mejorado drásticamente desde su invención, excepto por la mayor variedad de materiales disponibles y los métodos cada vez más sofisticados empleados para medir la diferencia de voltaje creada por el efecto Seebeck, los fundamentos del uso de termopares han permanecido iguales.
Su uso crecerá en el futuro debido al concepto de detección ubicua, útil para aplicaciones como el monitoreo de condiciones y el mantenimiento preventivo o predictivo.
Los termopares son relativamente económicos, fáciles de instalar y usar, tienen un tiempo de respuesta rápido y pueden emplearse en los entornos más duros con los accesorios adecuados.
Pueden usarse en aplicaciones en áreas peligrosas, ya que se ajustan a la definición de aparato eléctrico simple según lo especificado en la norma IEC 60079-0. Eso significa que se permite usar un termopar dentro de un área peligrosa sin la necesidad de una certificación de dispositivo, en combinación con un dispositivo de limitación de energía adecuado y una carcasa de protección ambiental adecuada.
Aunque los métodos de medición han mejorado drásticamente desde su invención, excepto por la mayor variedad de materiales disponibles y los métodos cada vez más sofisticados empleados para medir la diferencia de voltaje creada por el efecto Seebeck, los fundamentos del uso de termopares han permanecido iguales.
Su uso crecerá en el futuro debido al concepto de detección ubicua, útil para aplicaciones como el monitoreo de condiciones y el mantenimiento preventivo o predictivo.
Su uso crecerá en el futuro debido al concepto de detección ubicua, útil para aplicaciones como el monitoreo de condiciones y el mantenimiento preventivo o predictivo.
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