Peter Herweck
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Peter Herweck Con una amplia experiencia en puestos ejecutivos y de alta dirección en Alemania, China, Estados Unidos y Japón, se unió a Schneider Electric en 2016 como vicepresidente ejecutivo de la unidad de negocios para la industria. Peter tiene una maestría en Administración de Empresas de la Escuela de Negocios de la Universidad de Wake Forest (Estados Unidos) y un título de grado en Ingeniería Eléctrica, Automatización y Electrónica de la Universidad de Metz (Francia). La realidad aumentada (AR, por sus siglas en inglés) ha ganado mucha atención tanto en el sector industrial como en el mercado de consumo. Aunque las tecnologías de realidad aumentada han existido durante al menos quince años, la adopción dentro de la industria manufacturera es un fenómeno reciente. Los nuevos avances en su asequibilidad y aplicabilidad han acelerado la tasa de adopción. Las instalaciones de realidad aumentada tradicionales implicaban equipos costosos, un despliegue complejo y un alto grado de experiencia técnica. Actualmente, una avalancha de dispositivos móviles como teléfonos inteligentes y táblets combinados con algunas herramientas de software de ingeniería han hecho posible que los desarrolladores de todas las industrias logren soluciones AR accesibles. ¿Qué es la realidad aumentada? Dentro del ámbito de industrial, la realidad aumentada hace referencia a dos entornos diferentes que convergen o se fusionan de manera que aumentan la eficacia y la eficiencia de los operadores de la planta. Un entorno es "real" (lo que ves, sin ayuda, frente a tus propios ojos) y el otro es "virtual" (no real, sino generado por computadora). Ambos entornos pueden entenderse como un continuo, con entornos reales en un extremo y entornos completamente virtuales en el otro. Lo que se encuentra en el medio es la realidad aumentada que es, en esencia, una realidad mixta. Aplicaciones prácticasConsideremos la implicación de las capacidades mencionadas en tres áreas del proceso de fabricación:
Integración “extremo a extremo” Las herramientas de realidad aumentada requieren un alto grado de integración para realizar estas funciones específicas. Elementos como el entorno físico, las fuentes de datos, las interfaces gráficas, las especificaciones del producto (incluido el software y la compatibilidad de conectividad) y la inteligencia artificial deben funcionar juntas. De hecho, las herramientas de realidad aumentada funcionan mejor cuando están conectadas con los procesos más amplios de subida y bajada en toda la cadena de valor de fabricación. Naturalmente, una programación tan compleja no debe ser responsabilidad del consumidor final, y es por eso que las arquitecturas de tecnología desarrolladas por proveedores abiertas e inclusivas son facilitadores importantes para la implementación a gran escala de aplicaciones de realidad aumentada. La propuesta de Schneider Electric Schneider Electric, por ejemplo, presenta su plataforma EcoStruxure, que consta de tres capas —productos conectados, control de bordes y análisis— integrados para facilitar aplicaciones como realidad aumentada a través de la conectividad y la movilidad, el análisis en la nube y la ciberseguridad. |
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