La Superintendencia de Riesgos de Trabajo lleva a cabo reportes sobre los accidentes en diversos entornos laborales, incluyendo ocurrencia y tipo de lesión: el Registro Nacional de Accidentes de Trabajo y el Registro Nacional de Enfermedades Profesionales.
El objetivo es hacer un seguimiento que permita, por un lado, analizar los accidentes más y menos comunes en cada categoría y, a partir de eso, aportar información a la comunidad, basada en datos. El registro se extiende por todo el territorio nacional y contempla información por provincia.
Asimismo, la publicación de los reportes permite a los interesados e interesadas de cada sector, incluso a quienes están en puestos gerenciales, tomar conocimiento de las tendencias y recibir información fiable para la toma de decisiones de sus organizaciones.

Los informes permiten observar la evolución temporaria de los casos notificados en relación al mismo período del año anterior, y contienen información que discrimina la cantidad de casos notificados según los aspectos más relevantes que permiten caracterizar la siniestralidad laboral por sector de actividad laboral: tipo de evento, forma de ocurrencia, naturaleza de la lesión, zona del cuerpo afectada, agente causante, casos notificados con y sin días de baja laboral, tamaño de la nómina del empleador, Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) o empleador autoasegurado y provincia.
A partir del año 2020, el informe provisorio de accidentabilidad por sector se presenta para cada una de las veinte actividades discriminadas en el Clasificador Industrial Internacional Uniforme (CIIU) Revisión 4, siguiendo la recomendación de Naciones Unidas de adoptar la clasificación vigente, a fin de lograr la comparabilidad internacional.
Los rubros laborales considerados son los siguientes: agricultura, ganadería, pesca, silvicultura y caza; explotación de minas y canteras; industria manufacturera; suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado; suministro de agua, cloacas, gestión de residuos y recuperación de materiales y saneamiento público; construcción; comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos, automotores y motocicletas; servicio de transporte y almacenamiento; servicios de alojamiento y servicios de comida; información y comunicaciones; intermediación financiera y servicios de seguros; servicios inmobiliarios; servicios profesionales, científicos y técnicos; actividades administrativas y servicio de apoyo; administración pública, defensa y seguridad social obligatoria; enseñanza; salud humana y servicios sociales; servicios artísticos, culturales, deportivos y de esparcimiento; servicios de asociaciones y servicios personales, y servicios de asociaciones y órganos extraterritoriales.

En particular, en lo que refiere a la seguridad eléctrica no hay buenas noticias (ver tabla 1), ya que la accidentabilidad aumentó más del 20% en el primer semestre de 2022 respecto de su igual en 2021. Si se tiene en cuenta que un accidente por causas eléctricas tiene potencial fatal, el aumento es alarmante. La situación empeora en ciertos sectores, por ejemplo, la industria manufacturera, en donde los ceses por causas eléctricas superó el 50% de variación. Es posible pensar que la industria manufacturera argentina tuvo un potencial accidente fatal por causas eléctricas día por medio.