Cómo proteger motores eléctricos ante una ola de calor

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Las altas temperaturas y las variaciones de tensión impactan negativamente en los motores eléctricos, afectando directamente su desempeño y durabilidad. Vale la pena analizar por qué y pensar estrategias de protección.

Efectos del calor en los motores eléctricos
El rendimiento de los motores eléctricos puede verse comprometido por el aumento de la temperatura ambiente. Algunos de los problemas más comunes incluyen sobrecalentamiento de los devanados y reducción de la eficiencia energética.
En el primer caso, las altas temperaturas dificultan la disipación del calor generado por el motor. Esto eleva la temperatura de los devanados, acelerando el desgaste del aislamiento. Un aislamiento deteriorado aumenta el riesgo de fallos eléctricos y reduce la vida útil del motor en un 50% por cada incremento de 10 °C.
Respecto de la eficiencia, si el ambiente ronda temperaturas de calor extremo, la resistencia eléctrica en los conductores aumenta, requiriendo más energía para realizar el mismo trabajo. Esto no solo afecta la eficiencia, sino que también incrementa los costos de operación.
Variaciones de tensión
Las altas temperaturas ambientales suelen venir acompañadas de un incremento en el consumo energético, lo que genera fluctuaciones en la red eléctrica. Tanto las sobretensiones como las subtensiones afectan directamente a los motores eléctricos.
Durante las sobretensiones, el exceso de energía calienta los devanados del motor, causando daños en el aislamiento y desgastando componentes internos. A largo plazo, esto puede provocar fallos graves y costosos.
Por su parte, las subtensiones obligan al motor a compensar la falta de potencia aumentando la corriente eléctrica, lo que genera más calor y acelera el desgaste de los componentes mecánicos y eléctricos.
El impacto combinado de la ola de calor y las variaciones de tensión de la red puede derivar en fallos prematuros de componentes internos de los motores, interrupciones inesperadas en las operaciones industriales, incremento en los costos de mantenimiento y reparación, y disminución de la productividad debido a paradas no planificadas.
 
Estrategias de protección para motores eléctricos
A fin de mitigar los efectos negativos de las olas de calor y las variaciones de tensión, es crucial implementar medidas preventivas y correctivas:
  • Sistemas de refrigeración adecuados. La instalación de ventiladores o sistemas de refrigeración específicos garantiza que el calor generado se disipe eficientemente.
  • Reguladores de tensión y protectores eléctricos. Los reguladores estabilizan la tensión de entrada, mientras que los protectores evitan daños causados por fluctuaciones extremas.
  • Mantenimiento preventivo regular. Realizar inspecciones periódicas en los motores ayuda a identificar problemas antes de que causen fallos significativos.
  • Monitoreo de calidad eléctrica. Dispositivos especializados permiten detectar y corregir problemas en el suministro eléctrico antes de que afecten los motores.
  • Uso de tecnología avanzada. Modernizar los motores con modelos diseñados para resistir altas temperaturas y variaciones de tensión mejora su eficiencia y durabilidad.
Conclusión
Las olas de calor representan un riesgo significativo para los motores eléctricos, especialmente cuando se combinan con variaciones de tensión en la red eléctrica. Sin embargo, la implementación de medidas preventivas y la adopción de tecnologías avanzadas pueden reducir este impacto.

Fuente: Motores Dafa
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